Luz: Los rosales rojos son plantas de exterior así que necesitan mucha luz para prosperar.
Riego: La Kokedama debe regarse regularmente para mantener la bola de musgo húmeda. Sin embargo, es importante no empaparla demasiado. Riega la Kokedama cuando la bola de musgo se sienta seca al tacto. Para mantenerla húmeda puedes pulverizar agua sobre el musgo cuando la notes seca. También puedes sumergir la bola de musgo en agua durante unos minutos para que se sature completamente y luego escúrrela bien.
Fertilización: Los rosales son plantas que necesitan nutrientes adicionales para crecer y florecer. Puedes fertilizar tu Kokedama con un fertilizante líquido para plantas con flores siguiendo las instrucciones del fabricante. Normalmente, la fertilización se realiza durante la temporada de crecimiento, que suele ser desde la primavera hasta principios del otoño.
Poda: La poda es importante para mantener la forma y la salud del rosal. Retira cualquier brote muerto, enfermo o dañado para fomentar un crecimiento saludable. También puedes podar ligeramente para dar forma a la planta según tus preferencias estéticas.
Replantación ocasional: Con el tiempo, las raíces de la planta pueden crecer y la bola de musgo puede volverse demasiado pequeña. En ese caso, puedes replantar tu Kokedama en una bola de musgo más grande o dividir las raíces y hacer una nueva Kokedama.
Siguiendo estos consejos básicos de cuidado, deberías poder disfrutar de tu Kokedama de rosal rojo durante mucho tiempo. Recuerda prestar atención a las necesidades específicas de tu planta y ajustar el cuidado según sea necesario.